Siendo conscientes de la importancia de la transmisión de valores que ineludiblemente se dan en un centro educativo, nuestro Proyecto apuesta de manera clara por los valores que creemos que permiten el crecimiento personal y social de las personas.
Reflexionando sobre qué valores estamos transmitiendo, cómo y en qué situaciones lo hacemos y qué consecuencias tiene, podemos ejercer un mayor control sobre nuestra actuación.
Queremos contribuir a que los niños y las niñas reciban un cariño incondicional por el solo hecho de existir, a ser respetados por sus peculiaridades, a ofrecerles una devolución razonable a sus demandas, enseñándoles a valorar lo que tienen, a saber esperar y a trazarse nuevas metas.
Queremos enseñarles a avanzar hacia la adquisición de autonomía, la resolución de conflictos, a aceptar pequeñas responsabilidades que les hagan sentirse valiosos, y a facilitar la comunicación con ellos y entre ellos.Queremos enseñarles a aprender con curiosidad y disfrute, tanto de situaciones en juego como en experiencias significativas inmersas en las relaciones humanas, recibiendo sus aportaciones creativas y críticas de lo que les rodea. La reflexión sobre la adquisición y puesta en marcha de estos valores, tiene una repercusión en el funcionamiento del propio equipo educativo, que como grupo de personas interactuando en su práctica, quieren transmitir estos principios a toda la comunidad educativa.
Asumir estos valores como colectivo, fruto de la reflexión que supone pensar desde un punto de vista educativo, integral y armónico, significa que no sólo importa aportar contenidos sino, sobre todo, crear unas buenas bases que ayuden al niño a estar en la vida de una forma óptima.
Desde la Escuela pretendemos transmitir a los niños y niñas los valores de:
TOLERANCIA, SOLIDARIDAD, RESPETO A LA DIVERSIDAD, LA SINCERIDAD Y COHERENCIA: para que puedan acoger las diferencias entre las personas (culturales, religiosas, de sexo, con dificultades educativas,…), lo que conlleva generosidad para compartir, comprender, colaborar, ayudar a los demás y evitar la competitividad. Con una actitud abierta y receptiva hacia los otros, valorando la convivencia pacífica y democrática, respetando las normas de convivencia y desarrollando una actitud comunicativa, cooperativa y participativa, capaz de recibir y dar muestras de afecto y disfrutar con la amistad.
CREATIVIDAD Y AUTONOMÍA PERSONAL: para buscar y encontrar por sí mismos respuestas a los problemas que se les plantee, que derivará en un espíritu crítico e innovador. Que el niño/a vaya pasando de la dependencia del adulto a una autonomía que le permita manejarse solo en la vida, tomar iniciativas, decidir por sí mismo en la medida de sus posibilidades y responsabilizarse de igual manera. Para que se dé este proceso, es necesario que el niño/a desarrolle un sentimiento de autoestima.
RESPETO Y CUIDADO DEL MEDIO Y EL NO-CONSUMISMO: respeto y cuidado de el medio, que debe empezar por el propio cuerpo y extenderse a todo lo que rodea al niño/a. fomentar actitudes conservacionistas con la naturaleza. Valorar y disfrutar de las cosas sencillas y bonitas que tenemos a nuestro alcance. Ser capaz de crear nuevos objetos con materiales de desecho, ser cuidadoso con las cosas, y disfrutar con lo que tienen a su alcance en relación a la belleza, ocio, cultura, amistad, etc.
SINCERIDAD: este valor se transmite cuando el adulto cumple su palabra, cuando no inventa excusas y, en definitiva, no defrauda al niño/a, como modelo a imitar por éste. La coherencia entre la comunicación verbal y la no verbal, la claridad en los mensajes y la adecuación de los límites negociables o no, darán lugar a una relación de seguridad basada en la confianza del niño/a hacia el adulto.