E.E.I. Cigüeña María

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Los Cuentos ocupan un lugar importante en las actividades de la Escuela, tienen un espacio especial en cada aula, se organizan préstamos a las familias, muchas actividades especiales giran alrededor de un cuento, etc.
Los cuentos desarrollan muchas capacidades de los niños/as:

Favorecen el desarrollo del lenguaje.

Despiertan el interés hacia lo escrito y son la base para desarrollar hábitos de lectura.

Canalizan las emociones.

Desarrollan la imaginación y la fantasía.

Ayudan a conocer y comprender el mundo, son fuente de aprendizaje.

Proporcionan placer.

Son un vehículo para la transmisión cultural de valores.

Ayudan a reforzar los vínculos afectivos entre el que cuenta (o lee) y el niño.

Al contar o leer un cuento se debe cuidar la atmósfera, que el lenguaje sea sencillo, la historia cercana a sus intereses, cuidar la entonación y los gestos y hacer participar de algún modo a los niños en los momentos cumbres del relato...
Cuando se acaba, conversar un momento sobre la historia, ayuda a los niños a “elaborar” lo que han oído y se les proporciona la oportunidad de expresarse, preguntar...

¿Cuentos contados? ¿Cuentos leídos? ¿Mirar cuentos? ¿Cuentos tradicionales? ¿Cuentos nuevos? ¿Cuentos inventados?

TODOS, toda clase de cuentos.

En estas edades, a los niños les gustan más los cuentos contados porque el adulto adapta el lenguaje, mantiene contacto visual con los niños, modula la voz y se acompaña con gestos y al mismo tiempo puede apreciar el grado de atención de los oyentes y utilizar estrategias para aumentar su emoción, hacerles participar o reconducir la historia.

Los cuentos leídos deben ser conocidos antes por el lector, pues con frecuencia hay que hacer pequeñas adaptaciones ya que es difícil encontrar textos adecuados a los más pequeños y es más difícil conseguir su atención, sobre todo cuando es en grupo, pues no pueden ver simultáneamente las imágenes. Un cuento “bien leído”, tiene además del valor que añaden las imágenes, el de despertar su interés hacia el lenguaje escrito.

Mirar cuentos, pasar las hojas, es una actividad que gusta a los niños, es su forma de “leer” y favorece la creación del hábito de la lectura y el respeto hacia los libros. Es preciso crear un ambiente tranquilo que favorezca su atención.

¿Y EN CASA?
Cuando un padre, madre, abuelo... ve un libro con el niño o lee un cuento, se produce entre ambos un momento de intimidad y bienestar de gran valor afectivo. Estas experiencias quedan en los niños como vivencias inolvidables.